por causa de la persecución de Esteban. Esta misma actitud de alguno es la que Santiago probablemente ha visto en su comunidad en Jerusalén, que le ha sido referida de palabra por quienes viniendo de otras comunidades dispersas la han ratificado, y que, por eso, se convierte, para Santiago, en una actitud generalizada. Cualquiera que haya sido pastor por algún tiempo simpatiza inmediatamente con esta frase: “Sin embargo, alguno dirá”. ¡Hay tantas cosas que se dicen, y tanta gente que dice cosas sin
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